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Mostrando las entradas de 2005

101 reasons the 80's ruled

No hay nada mas “ochentero” que la palabra misma. Generalmente la gente que le pisa los talones a aquellos que vivieron su adolescencia en la década de los 80’s tiende a decir “ochentoso”. Yo lo hacía. Me daban ganas de vomitar los calentadores rosados, los zarcillitos de crucecitas de la chica material y babosadas de esas. Hasta ahora. Me estoy poniendo vieja. Cuando “Mata de Coco” era “MATA DE COCO” y el Teatro la Campiña era “EL TEATRO LA CAMPIÑA ” yo tenía como cuatro años. Mi ídolo musical era Juan Corazón y no había mejor tema que “Entre perros y gatos” una cosa horrible que el hombre cantaba mientras una veintena de muchachitas se arrastraba por el piso, vestidas de perros y gatos. Yo lo sé porque mi mamá me llevó a verlo en Mata de Coco. Luego la bendita adolescencia me nubló el cerebro para siempre. Es ella la única culpable de que uno pierda al niño interno. Y no por el asunto trillado de la inocencia, sino porque empiezas a avergonzarte de los gustos horribles que

La pestañita olvidada

Estoy trabajando . Oficialmente, digo. No me refiero a las cosas ricas que uno hace por ahí, sin remuneración, por el simple gozo de hacer lo que a uno de verdad le gusta, sino a una oficina de verdad, con un aire acondicionado espantoso y la tortura mental de no poderme acostumbrar a decir "medidores" cuando me refiero al proyecto asociado a este elemento horrible sino que siempre se me sale "postes". En el fondo, para mí todos los proyectos son de postes. Tengo una croata huérfana hasta el viernes. Si, después de que mi amigo se la trajo debajo del brazo, la abandonó aquí para irse a Bonaire. Es hora de que haga algo bueno por Croacia. Es hora de que en mis tiempos libres me dedique un poco a ella, hasta el viernes, que volverá al viejo y maravilloso continente. Hay otras razones, una tapa en el cerebro, por ejemplo. Falta de ganas de leer el periódico. Estrógenos desbocados. Responsabilidades que me van cayendo, como gotas, constantes. Y, además, le estoy

U(n)bar

Tenía mucho tiempo sin salir con G. Venía de casa de otro amigo, donde hicimos tremenda cenita española. Tortilla, almogrote, escalibada y una crema de ajoporros con tocineta que metimos en un pan gallego al que le quitamos el corazón. La cosa fue con vinito argentino y todo. Con mucha pimienta y algo de picante. Definitivamente una de las mejores cenas. Y entonces aparece G. Yo sé que él canta salsa, gaita y todo lo que tenga guaguancó, y yo de eso nada. Pero de vez en cuando bailo, y me dijo que iban a bailar. Llego al local en mi carro, lo paro trancando a otro y el parquero me da mi papelito. Me paro en la puerta. Un rollo para entrar a un localcito que ya por fuera me aconsejaba que me fuera para mi casa. G me había dicho que se ponen brutos en la entrada si uno llega tarde. Había un gentío espantoso, me acerqué al portero y entré. El “target” del local es indescriptible. Me atrevo a decir que inexistente. Nunca había entrado a un lugar tan incoherente y desagradable. L

El último mes

A su mamá le molestaba la música. Tenía muchísimos discos, pero nunca los oía. Creo que asociaba la música con el papá de Jo, y eso la ponía triste. Por eso siempre se quejaba cuando su hija ponía música. No importaba que fuera Chopin o Nirvana, o cualquier embeleco que le formara en un radiecito, sólo se quejaba. Un mes antes de que se fuera para siempre, a su mamá empezó a gustarle la música. La escuchaba en todos lados, la cantaba a todo gañote con su voz mala y sin pegar ni una sola nota. El primer día de ese último mes que pasarían juntas, Jo estaba en el sofá viendo un canal de videos. Apareció Coldplay, con Chris Martin caminando en retroceso, haciendo todo en retroceso, en el video de The Scientist. Su mamá venía caminando de la cocina y se detuvo en la sala, absorta, hipnotizada con el video. Desde ese momento le pedía a ella que le pusiera la cancioncita. Jo se sorprendió como nunca, eso no había pasado, más bien su madre siempre se quejaba. Días después la madru

Estrogenofobia

Los estrógenos son los culpables de que las mujeres sean unas lloronas. De esa fastidiosa peculiaridad que nos hace ver tan desesperadamente débiles. Pero sobretodo son los culpables de que a todo lo que pase lo analicemos una y otra vez, dándole vueltas y amasándolo en la mente hasta que la cosa pierda toda claridad. Una mujer está sola, tranquila y relajada un día cualquiera en la tarde. Probablemente tenga todo el día echada en el sofá viendo cualquier programita baboso, otra vez la culpa es de los estrógenos. Y ha estado comiendo cuanta porquería light consigue en la nevera (los estrógenos dan hambre). En eso el celular hace uno de esos pitos maravillosos que todos conocemos y la mujer pega un brinco que hace que la bata le llegue a la cintura, se levanta corriendo, se tropieza con una esquina atravesada y pega la carrera directo al aparatito enfermizo. “1 nuevo mensaje” La mujer aprieta los botoncitos temblorosa, piensa por un momento “ No, qué va, qué va a ser él.

Luz acuática

El olor de todo tu cuerpo. Llego a mi casa, después de estar contigo, y me huelo. Tu olor se me pega en cada pedacito de piel. Tus ojos, incrustados entre mis piernas, para siempre. Tus manos tibias palpitando sobre mí, tocándome los huesos de la cadera. Llegando por dentro y por fuera. Tu cuerpo abriéndome huecos como si yo fuera plasma, arena. Tus piernas apretadas. Tu cuerpo extraño que empiezo a reconocer. Tu sonrisa pequeña. Parpadeas lento, lentísimo. Hundes tu lengua para convertirme en espuma. Tiemblo. Palpito, golpeo. Llueve dentro de mis venas. En mi cuerpo hay partes redondas que se hinchan. Tú las besas y me lames toda. Me bebo tu voz con todo lo demás. Un ruido susurrado, bajito, caliente. Un sabor aéreo que se mete en los oídos y entre las piernas al mismo tiempo. Mi cuerpo corcovea varias veces y yo te veo, redondo y tibio. Me haces entender la fuerza de tu cuerpo, me la explicas una y otra vez, para adelante y para atrás. Me hunde

Cuatro meses pueden parecer cuatro años

El Poliedro, 13 de diciembre del año en curso... ¡Dream Theater viene a Venezuela! Yo tampoco lo creía, pero apreta aquí (Ay verrugoncito y afines, no vayan a fastidiar mucho las cosas por ahí hasta, por lo menos, el 14 de diciembre)

Selva

Llegué hace un rato de uno de los días más surrealistas de mi vida. Ni Buñuel, ni Dalí, ni Kafka. Incoherentísimo y maravilloso. Me duelen los riñones. Horas que pasan como las de hoy me causan las risas más deliciosas de mi vida. Mis días no se terminan a la medianoche, sino cuando me duermo. Claro, he pasado jornadas enteras de cincuenta horas. Pero es hora de que este se acabe. ¿Por qué no se acaba?. Escucho y ahí está la respuesta, chorreándome el canal auricular. Son un viaje de mujeres ochentosas gritando a todo gañote, deben tener toda la noche bebiendo y viven cerquita de mi casa. Una de ellas tiene un karaoke y me están dando una serenata inolvidable sin hacer caso de la Ley Mordaza del fifty-fifty. Ya cantaron temas interpretados originalmente por Karina, Kiara, Guillermo Dávila, Rudy La Scala, Melissa y van por Franco de Vita. La razón de mi inconcebible insomnio es que estoy esperando una canción. Si la cantan, se disiparán todas mis dudas. Es totalmente seguro que mañana

Y que pase algo que te borre de pronto

Agarro mi carro en la mañana y me lanzo, de cabeza y sin pensarlo mucho, en la orgía de la cola caraqueña. Voy directo al centro. En la radio empieza a sonar la voz de Marta Colomina que entrevista a Alfredo Keller, no sólo encuestador, sino analista. La pérdida del domingo es de todos, " no perdió la oposición, pero tampoco ganó el oficialismo ". Estamos jugando un juego en el que no gana nadie. Aparentemente al verrugón se le podría estar acabando el tiempo, sus niveles de populismo popularidad decrecen y la gente empieza a despertarse de la ilusión misionera (1) . Si eso es así sería bueno que apareciera un líder, que sea opuesto al verrugón pero no necesariamente opositor. Puede ser el mejor momento para que, en una estocada fulminante, acabemos con un gobierno anárquico de tendencias izquierdistas. Y luego me paseo por el Teatro Teresa Carreño. Mi teatro, mi Ateneo adorado, mi parquecito Los Caobos lleno de loquitos vendiendo cosas impresionantes y declarándo

Se empieza viajando en sueños...

Lunes : Mi amigo D me llamó por teléfono, me escribió, me repicó y se volvió loco tratando de que esto me llegara. Martes : Jo : D, gracias por el jueguito de ayer. Estoy en Hereford, England. D: Yo en Amsterdam, estamos cerquita. Jo: Qué bien, D, un besito me voy a Buenos Aires. D: Besos, Jo. Google Earth es un programa que combina imágenes satelitales con mapas e información contenida en el buscador de Google. El resultado es bastante predecible, una aplicación que cuenta con una interfaz impresionante, información de vías, hoteles, topografía del área, restaurantes, escuelas, bancos, cajeros automáticos y cuanta cosa exista. Sobretodo para Europa y Estados Unidos los datos son bien completos. Y esto es sólo para la versión gratuita, por veinte dólares ofrecen Google Earth Plus, que además importa data proveniente de ciertos dispositivos GPS, posee mejor resolución y la posibilidad de hacer anotaciones y dibujos sobre los propios mapas, ent

Mi manzanita de plata

Nací gracias a un medallón de plata en forma de manzana. Mis padres se conocieron en los quince años de mi mamá. Contrario a lo usual, ella tenía un vestido rojo ese día y un moño en el pelo con un copete altísimo. Eran los setenta. Mi papá tenía una de esas barbas bien tupidas y bien cochinas, típicas de la época. Era un flaquito no muy atractivo y mi mamá ni volteó a verlo. Para él, fue amor a primera vista. Estuvo dos años tratando de que mi mamá diera su brazo a torcer, pero ella seguía pensando que el hombre era bastante poco agraciado. Dos años de serenatas improductivas después, cuando mi mamá cumplió diecisiete, mi papá se apareció en su casa. Ese día le regaló un medallón de plata en forma de manzana con la inicial del nombre de mi mamá grabado. El papá de ella le compró una cadenita de oro blanco y ella, por fin, dio su brazo a torcer. Mi mamá pasó el resto de su vida diciendo que no se había enamorado de mi papá sino de su guitarra, pero la guitarra tenía du

La prórroga

Menos mal que una señora de gorrita y chalequito muy parecido a los de Jorge Rodríguez está ahorita en la televisión anunciando la prórroga hasta las siete de la noche. La gente se ha congregado en los nueve mil quinientos centros de votación, los cuales están abarrotados de gente desesperada por votar. La euforia es general. La gente está contenta y sumamente motivada a ejercer la pantomima al voto. Estoy tan feliz que voy a cortarme el dedo meñique, a imprimir otra cédula en la impresora (gran vaina, mi impresora o la de la Onidex) y me voy, otra vez, a ver si vuelvo a votar y se me quitan estas ganas desesperantes.

Miss Resultados Preliminares

A media hora para el cierre oficial (oficialísimo) de las mesas de esta pseudovotación, me dispongo a entregar los resultados preliminares de una encuesta que acabo de realizar mandando una buena cantidad de esos fastidiosísimos mensajes de celular. ¿Votaste? Porcentaje de gente que votó: 2, 7 % Porcentaje de gente que NO votó: 27,0 % Porcentaje de gente que se abstuvo de responder la encuesta de abstención: 70,3 % Aparentemente la abstención trasciende barreras y llega, inclusive, a otro tipo de encuestas. Seguro que la gente está muy ocupada votando y no puede contestar mi ladilloso mensajito .

Chorro de palabras

Ya no escucho el ruido. No sé si es costumbre, por eso ya no marea y se ha acabado definitivamente. Se puede pensar, se acaba la angustia, es posible disfrutar el propio silencio. Escribo. Inclusive cuando no tengo dónde escribir, mi mente me va contando cosas. Voy escribiendo en mi mente, sin parar. Abandoné los óleos, por un tiempo. Abandoné el teatro y el flamenco. El vicio de escribir se adueña de cada minuto. Es como estar muy molesto, odiar al mundo, y que se aparezca una pared blanca en el camino. Y caerle a puñetazos. Y con cada golpe treinta kilos menos de rabia y un chorro de catarsis. La escritura es inmediata. Con la pintura, las tablas y el baile hay que tener paciencia.

Ana y el amigo de un amigo

A veces necesito robarle la vida a la gente que conozco para escribir. Se las robo sin permiso, las cambio, las sazono. Escribo cosas que pueden ser verdad y otras que suenan imposibles. Terminan siendo mías, totalmente ajenas a sus respectivos exdueños. Es una forma interesante de quitar la vida. Ayer estaba leyendo el Tal Cual. Al kiosco donde siempre voy a comprar el periódico hace más de una semana que no llegan El Universal y El Nacional. No voy a salir del micromundo donde paso la mayor parte del día a ver si los consigo porque me cobran doble estacionamiento, soy así de pichirre, y leerlos en línea no me da el mismo placer. Eso me desespera y termino comprando el periódico de Teodoro. Un café, una mesita azul y estoy lista. En esas estaba cuando llegó mi amiga Ana. Está a punto de cumplir veinticinco años, es una retaca de metro y medio con un cuerpazo y un pelero. Siempre está apurada, estresada y de mal humor, por eso me la llevo tan bien con ella. Generalmente me e

Dynamic meditation

Me fui con mi amiga a un local de esos tres que me gustan. Tiene una luz roja, caliente, con sábanas en las paredes, figuras hindúes, vinos, jugos de arándano. Todo es rojo, latente. A los diez minutos de haber llegado. Sólo a los diez minutos, él entró. El primero de mi orgía difuminada durante cuatro semanas. Me convierto en existencialista para analizar qué pasó dentro de mí. Lo primero que recuerdo es un temblor de piernas. Hay un tipo de meditación que yo hacía, en la que empiezas a vibrar circularmente desde los pies, y cuando vienes a ver, todo el cuerpo vibra onduladamente desde el piso. Algo así sentí cuando me di cuenta de que mis labios temblaban en la misma frecuencia que mis pies, mis rodillas, mis caderas. Y con la misma frecuencia los latidos, el pulso en mi cuello. Listo, mi primera teoría es que allí se produce mucho ruido. Dopamina, adrenalina, endorfinas de todos los tipos volando de mi corteza cerebral a mis brazos, atravesando el estómago, el hígado. Con tanto rui

Crónica de la censura anunciada

Lunes, 25 de julio, 2005 Jo, en su vicio inevitable de leer el periódico, va, lo compra y se sienta a leerlo. Le gustan los artículos de opinión de El Universal y lee uno que le gusta mucho. Es directo, palpable y coherente. Se vacila su periódico, como todos los días y se queda tranquilita. Jueves, 28 de julio, 2005 Jo, en su mismo vicio de leer el periódico se encuentra con una noticia . La cosa le da vueltas en la cabeza todo el día. Ella sabe que en menos de dos años hay probabilidades de que esto se termine de componer. Teme que esto se vuelva una Santiago ensangrentada, una Bahía de Cochinos, pero sin mojitos, sin " coltaítos " y sin caracoles. Jo tiene un amigo mexicano que viene a estudiar a Venezuela. Cuando Jo le pregunta porqué escogió su país para tal fin el charro le contesta " pos voy a estudiar economía, en un país con tendencias izquierdistas sumamente claras ". Jo recuerda que el verrugón ha lanzado puntas para expropiar empresas pr

Mejor que un rollo de blogs

Esta es la historia de un pequeño plátano que tenía muchos problemas. A corta edad una bruja de su comunidad logró exiliarlo , poniéndole para siempre lentes verdes . Por eso, nuestro protagonista no podía ver las cosas como eran, le costaba agregar agua y agitar sus comidas, siempre se le escapaba un chorro y hacía un desastre, no podía hablar de moda porque distorsionaba los colores, tenía menos sexo en la ciudad y ya no hablaba cloro . Cuando dejó de sentirse infelix , sus lágrimas se secaron , decidió que él era más importante que todo lo demás. Se enfocó en su mente, su cuerpo y sus emociones y escribió un cuaderno de notas lleno de todos sus impulsos y sentidos . Cansado de sentirse un corsario sin mar , viajó por el universo, llegó al planeta Frank , conoció a un tal Alberth , y a una supermujer , compartió aventuras con la Bebysh , y comió chupetas de ajo para tratar de soportar al presidente Chávez . Hizo una bitácora de vuelo , para que todos lo viéramos desd

Dream of Puppets

A los tres días soñé con ella. Estaba en un patio y venía caminando como si hubiese salido de una pared. Yo a ella la veía clarito, venía con un montón de sombras alrededor. Se notaba que cada sombra era una persona, pero no las distinguía. No daba miedo, tampoco era una sensación de bienestar pleno. Se sentía normal, cotidiano. Estaba cagada de la risa, con el pelo clarito y tan liso y finito como el mío. Yo sentí que no estaba soñando. "Mami, yo te quiero volver a ver, aunque sea por aquí, ¿cuándo te vuelvo a ver por aquí? Claro, no lo había pensado, pero así nos podemos ver de vez en cuando" . Y de la forma menos sagrada, más bien como si fuera una compinche burlándose de mí, se cagó de la risa. " Isa, vine a decirte que estoy bien, me siento bien y no me duele nada. Es la última vez que vas a soñar conmigo, si vuelves a verme en sueños vas a sentir todo distinto. Yo tengo cosas que hacer, estoy ocupada. ¿Tú qué crees, que yo estoy en una sillita senta
Ella se pregunta qué habrá estado haciendo anoche. Sabe tan poquito de él, ni siquiera su segundo apellido. Se pregunta para qué la llama, pero rapidito se da respuesta: ha estado pensando todo este tiempo que fue por pura cortesía. Cuando él no está, ella está con otros, muchos otros. Se hace la dura, la que no lo piensa y cuando no puede más, empieza a hablar del artículo que le puso en las manos. En su casa llena de periódicos viejos, llena de pintura, humo y música. Piensa en veinte mil cosas hasta que no aguanta el dolor de cabeza. La pensadera y los rones de anoche. Piensa mucho las cosas y a la final, sus decisiones nunca son buenas. Ella está sola, y necesita que se muden para allá. Necesita que se acabe la diversión, las noches infinitas y ese desastre de vida. Necesita dejar de pensar en alguien que no conoce. Él no sabe nada de ella. No sabe los cinco años de guerra contra enfermedades degenerativas, ni el miedo de pens

Flushing experience

Me compré unos lentes con aumento. Me gasté un dineral porque sé que estoy ciega. Para estas cosas es mejor elegir algo de calidad. El mismo día que me los dieron salí por ahí. Me fui al restaurante más caro que conozco, comí, bebí y compartí con gente bien. Divino porque sabes que estás bien vestida, arregladita, impecable. Respiro el olor que sale de mi pelo cuando lo batuqueo y se siente bien. La gente huele bien, se expresa bien. Las mujeres baten el pelo lisito de peluquería, los hombres se ajustan el reloj en la muñeca. Todos se miran y pestañean lentamente. Al ratito me dieron ganas de ir al baño. Típico, dos copitas de vino y soy un fastidio de chicharra. Llego a mi baño público favorito de Caracas. En todas las paredes hay espejos y es suficientemente pequeño para que te des cuenta y te intimide. Entro, hago lo mío y justamente cuando tiro de la cadena, un par de lentes que tenía guindados en el escote de la blusa, se resbalan y caen en el medio del remolino de ag

Su nombre

Apoyó todo su cuerpo, de un solo golpe, contra la pared de concreto y se dejó caer doblando las rodillas hasta quedar sentado en el piso. Se sacudió el cabello que le escurría por los hombros y sujetó algunos que le caían en la cara por detrás de las orejas. Volvió a sentir asco. Había pasado toda la mañana rondando los escombros de la construcción. Se paró. Prendió un cigarro, esperando que cada bocanada de humo espeso lo ayudara a no pensar. Un dolor profundo que empezaba en el hueso del ojo se ramificaba por toda su frente y, si se quedaba muy quieto, sentía como latía toda su cabeza. Era un dolor conocido, a muchos inmigrantes les pasa por aquello de acostumbrarse a un idioma no materno. Un idioma al que tienen que domesticar. No tenía más que dos años en aquella ciudad polucionada y triste, de calles envueltas en basura y hollín, en podredumbre de indigente y perros muertos. Pasaba todo el día esperando que llegaran las cuatro de la tarde para que su piel de ruso curtido dejara

I see things a little bit like this

When you are alone you are not alone, you are simply lonely - and there is a tremendous difference between loneliness and aloneness. When you are lonely you are thinking of the other, you are missing the other. Loneliness is a negative state. You are feeling that it would have been better if the other were there - your friend, your wife, your mother, your beloved, your husband. It would have been good if the other were there, but the other is not. Loneliness is absence of the other. Aloneness is the presence of oneself. Aloneness is very positive. It is a presence, overflowing presence. You are so full of presence that you can fill the whole universe with your presence and there is no need for anybody. Osho The Discipline of Transcendence, Volume 1 Chapter 2 I am not saying, at any time, that this is the truth. Not at all. I don't prentend to make you see things the way I do. Is just that sometimes these words are good for me. I have been more aware of things... specially w

A (no) votar

EXT. DIA - AUTOPISTA FRANCISCO FAJARDO En una camioneta azul, grandota, sucia (tengo mi carro todo sucio siempre porque es herencia directa de mi padre, EL SEÑOR J) vamos a casa de mi abuela. Mi papá maneja, su esposa, la SEÑORA B, está en el asiento del copiloto. Yo voy atrás. El señor J se voltea, con cara de curiosidad y mira a la señora B. SEÑOR J Negra, ¿Vas a votar? SEÑORA B No sé. Bueno, yo voto en Baruta, por lo menos para no perder ahí. Pero, ¿qué se va a hacer, por ejemplo con el Municipio Libertador? El señor J mueve la cabeza, cómo pensando. Me ve por el retrovisor. SEÑOR J Isa, ¿y tú, vas a votar? El señor J y yo nos parecemos más de lo que creemos. Yo tambi

El Cardenal y el Verrugón

No, no soy católica. He rezado el padrenuestro un sinfín de veces, pero también he hecho meditación dinámica y he entonado el Nam-Myoho-Renge-Kyo muchas más veces. He estudiado al catolicismo, al cristianismo, al islamismo, al judaísmo, al budismo y muchísimas otras religiones mucho menos comerciales. Por eso puedo hablar sin sesgos religiosos del cardenal Rosalio Castillo Lara. Porque más que religiosa, me considero espiritual. Me considero humana. Para poder haber interactuado con gente de religiones tan opuestas, he tenido que aprender a respetar los criterios de cada quién. Y he tenido que escuchar opiniones religiosas y de otras índoles e, inclusive, respetarlas. Sobretodo cuando la gente no está abierta a la discusión. Pero el cardenal no está hablando de religión, está hablando de la situación inhumana del país. Y por humanidad me incumbe, como a todos. Como me concierne, y me indigna, que el presidente haga y diga lo que le venga en gana. En el interludio eterno de

La manía de los test

Tenía tiempo que no conseguía uno que la pegara con tanta precisión. Buena forma de empezar la semana The Keys to Your Heart You are attracted to those who are unbridled, untrammeled, and free. In love, you feel the most alive when things are straight-forward, and you're told that you're loved. You'd like to your lover to think you are stylish and alluring. You would be forced to break up with someone who was ruthless, cold-blooded, and sarcastic. Your ideal relationship is lasting. You want a relationship that looks to the future... one you can grow with. Your risk of cheating is zero. You care about society and morality. You would never break a commitment. You think of marriage as something that will confine you. You are afraid of marriage. In this moment, you think of love as something you can get or discard anytime. You're feeling self centered.

De singular a plural

El vicio de comprar el periódico todos los días no es mío, es una condición que heredé de mi papá. En mi casa todas las tardes suena la voz chillona de cierto señor que da noticias, tiene invitados y habla de todo un poco en televisión. Inclusive, he llegado a ver algunos domingos el programa del verrugón, para ver si filtro sus chistecitos malos y sus eslogan chimbos y saco algo. Sí, somos todos adictos a la información y a los medios. El asunto es que el periódico se ha convertido en un instrumento familiar, sin darnos cuenta. Durante la semana siempre llega alguno con la prensa en el sobaco y hace el anuncio “Ahí traje el periódico, está bueno, mira lo de Rayma”. Todas las noches la cosa es igual, mientras nuestro amigo ciudadano habla y habla en la cocina de mi casa. Los domingos son especiales. Casi siempre desayunamos juntos, con los periódicos y las revistas de rigor. Nos sentamos, todos en círculo, en el porche de la casa de mi abuela. No nos dirigimos la palabra por

Instrucciones para cagarse de la risa

Agarre su carro, meta una toalla y diez mil bolos en un bolsito y váyase a La Guaira a un ida por vuelta, con la excusa bien surfista del huracán de moda. Llegue a la autopista, caiga en todos los huecos, que ya son trochas de tierra. Pase por Naiguatá a las siete de la mañana, vea la mayoría de los negocios cerrados, los niñitos lipones caminando sin rumbo terriblemente ociosos. Aparézcase por Macuto. Vea los escombros y las peñonas enormes a un lado y otro del camino. Deténgase, respire la tristeza. Fíjese en los mancos, chuecos y cojos que dejó el desastre de hace seis años y que todavía piden. Deléitese con los nuevos ranchos, bien art deco, igualitos a los anteriores pero con ladrillos más rojos porque el sol no los ha desteñido. Siga por la carretera a Los Caracas, una carretera que hace diez años era para llorar de felicidad. Tenga cuidado, maneje por la izquierda cuando vaya de ida, es probable que le caiga un pedacito de cerro si no lo hace. Vea como la carretera p

A la NASA le sale competencia

Leí esto ... Jajajajajajajajajajaja. No sé si me da más risa el primer párrafo o el último. Risa de la mala, de la que da por no llorar. Creo en el potencial humano en Venezuela, pero en más nada. ¡Epa! Sí, tú... el de la verruga, ¿qué vas a hacer con el jueguito ese que ahora estás inventando que haces? ¿Invertiste lo que sacaste de tu productiva jarrita de leche negra, supongo? ¿Y lo que ganes? Pa'l pueblo , ¿no? Ay, ya nos veo comiendo chatarra china.

Señores programadores

Para entender la recursividad primero es necesario entender la recursividad (posteando en pleno laboratorio de física)

La cajita verde

Hace como ocho mudanzas, cuando yo vivía en mi primer cuarto, tenía una cajita verde. Allí guardaba mis cosas importantes. No eran joyas, ni dinero. Guardaba papelitos y servilletas con las primeras cosas que escribía, las cartas que me mandaban, las cosas que tenían un recuerdo amarrado de un hilito. De las cosas que recuerdo, la cajita verde tenía un chicle masticado, el tallo de una rosa, la piel de una culebra (la que sueltan cuando mudan el cuero), el diario de mi mamá cuando era adolescente, una cuerda de guitarra oxidada, uñas para tocar guitarra que improvisabamos con tarjetas de teléfono picadas a la machimberra con una tijera vieja, calcomanías de Scooby doo, una ficha arrugada con la letra de "Una mujer con sombrero" de Silvio Rodríguez y un montón de cuadernos con cosas que escribía, dibujaba, pintaba y escupía. Hoy estuve leyendo una cosa que yo hacía llamar "The big book" donde escribía poesía. Es un cuaderno enorme con una liga y pedacitos de versos r

Vodka con RedBull

Anoche salí con una amiga chiquitita que tengo. Eso de sentarte a tomarte un café en cualquier tarantín es una de mis más brillantes ocupaciones, puedo hacerlo en el cafetín de la universidad y en el sitio más rimbombante del mundo. Había un gentío en el restaurantcito de Las Mercedes. ¿Será que a todo el mundo le dio por venirse a tomar un café hoy?, esperamos una mesita como diez minutos. Buenísimo, además, porque el señor que consigue la mesa se instaló a hablar con nosotras y se me hizo rapidísimo. Después del respectivo marroncito, la enana del coño pega un brinco y me lanza “¿será que nos tomamos unas vodkitas y tal?” yo me privo de la risa y le explico mi difícil situación económica, pero la pana insiste “Ay, marica, o sea, un par de vodkitas y ya” Había vodka con Red Bull. Impelable. Ponga a dos mujeres en una mesa, una frente a otra, con un traguito, café, té o afín entre las manos y déjelas ahí hablando. Suprima el tiempo, las necesidades fisiológicas, los celu

Ministro trdluiryaencojitsie:

Todo conduce a que, por un error en las conexiones neurológicas de su cuerpo, cada vez que usted abre la boca, simultáneamente, mete la pata. ¿Cómo pregunta cuál es el miedo ante la Policía Nacional , después de los eventos de la semana pasada? Aquí no se trata de tenerle miedo a la Policía Nacional , se trata de tenerle miedo a la policía, a todos los cuerpos de seguridad del país. Yo sí le puedo echar un cuento. Unos cuantos. Como al pana mío que lo pararon en una alcabala y le revisaron hasta el saldo en la libreta de ahorros, por ejemplo. Yo más nunca me paro en una alcabala. Porque si me caen a tiros, por lo menos que sea de lejitos, para que no me dejen el tatuaje de pólvora. Si, claro, el presidente y usted mismo condenaron los hechos. ¿Y qué? Nada. Sólo declaraciones en la televisión, y en el periódico que me trago todas las mañanas. Basta de reestructuración y planes de contingencia. Porque eso es todo lo que ustedes saben decir. Yo lo que no entiendo e

Tarde de perros... y pacos

A veces uno tiene que ir a la PTJ. A veces, incluso, uno tiene que pasar la tarde en la PTJ. Cuando uno se encuentra en las instalaciones de la Policía Técnica Judicial, empieza a pensar que la vida que uno conoce es de mentira. Que hay una vida paralela, que desconocemos totalmente. A lo mejor es que pasé demasiado tiempo confinada a esas paredes asquerosamente sucias, azules y blancas. Los dos inspectores bigotudos, gorditos, exactamente iguales a cualquier forma de inspector de PTJ que pueda pasar por la mente de un mortal venezolano, dejaron el “Cuaderno de novedades” sobre el mostrador. Obviamente yo no sabía que eso se llamaba así. Para mí era una carpetita medio rota con un montón de papeles curiosos en su interior. Creo que inclusive pensé por un momento que era así como un catálogo para que uno eligiera el formato de la denuncia, o la cárcel a donde va uno a parar, o qué sé yo. Agarré, bien confianzuda e ingenua que soy, y me puse a leer la cuest