Entradas

Mostrando las entradas de agosto, 2005

El último mes

A su mamá le molestaba la música. Tenía muchísimos discos, pero nunca los oía. Creo que asociaba la música con el papá de Jo, y eso la ponía triste. Por eso siempre se quejaba cuando su hija ponía música. No importaba que fuera Chopin o Nirvana, o cualquier embeleco que le formara en un radiecito, sólo se quejaba. Un mes antes de que se fuera para siempre, a su mamá empezó a gustarle la música. La escuchaba en todos lados, la cantaba a todo gañote con su voz mala y sin pegar ni una sola nota. El primer día de ese último mes que pasarían juntas, Jo estaba en el sofá viendo un canal de videos. Apareció Coldplay, con Chris Martin caminando en retroceso, haciendo todo en retroceso, en el video de The Scientist. Su mamá venía caminando de la cocina y se detuvo en la sala, absorta, hipnotizada con el video. Desde ese momento le pedía a ella que le pusiera la cancioncita. Jo se sorprendió como nunca, eso no había pasado, más bien su madre siempre se quejaba. Días después la madru

Estrogenofobia

Los estrógenos son los culpables de que las mujeres sean unas lloronas. De esa fastidiosa peculiaridad que nos hace ver tan desesperadamente débiles. Pero sobretodo son los culpables de que a todo lo que pase lo analicemos una y otra vez, dándole vueltas y amasándolo en la mente hasta que la cosa pierda toda claridad. Una mujer está sola, tranquila y relajada un día cualquiera en la tarde. Probablemente tenga todo el día echada en el sofá viendo cualquier programita baboso, otra vez la culpa es de los estrógenos. Y ha estado comiendo cuanta porquería light consigue en la nevera (los estrógenos dan hambre). En eso el celular hace uno de esos pitos maravillosos que todos conocemos y la mujer pega un brinco que hace que la bata le llegue a la cintura, se levanta corriendo, se tropieza con una esquina atravesada y pega la carrera directo al aparatito enfermizo. “1 nuevo mensaje” La mujer aprieta los botoncitos temblorosa, piensa por un momento “ No, qué va, qué va a ser él.

Luz acuática

El olor de todo tu cuerpo. Llego a mi casa, después de estar contigo, y me huelo. Tu olor se me pega en cada pedacito de piel. Tus ojos, incrustados entre mis piernas, para siempre. Tus manos tibias palpitando sobre mí, tocándome los huesos de la cadera. Llegando por dentro y por fuera. Tu cuerpo abriéndome huecos como si yo fuera plasma, arena. Tus piernas apretadas. Tu cuerpo extraño que empiezo a reconocer. Tu sonrisa pequeña. Parpadeas lento, lentísimo. Hundes tu lengua para convertirme en espuma. Tiemblo. Palpito, golpeo. Llueve dentro de mis venas. En mi cuerpo hay partes redondas que se hinchan. Tú las besas y me lames toda. Me bebo tu voz con todo lo demás. Un ruido susurrado, bajito, caliente. Un sabor aéreo que se mete en los oídos y entre las piernas al mismo tiempo. Mi cuerpo corcovea varias veces y yo te veo, redondo y tibio. Me haces entender la fuerza de tu cuerpo, me la explicas una y otra vez, para adelante y para atrás. Me hunde

Cuatro meses pueden parecer cuatro años

El Poliedro, 13 de diciembre del año en curso... ¡Dream Theater viene a Venezuela! Yo tampoco lo creía, pero apreta aquí (Ay verrugoncito y afines, no vayan a fastidiar mucho las cosas por ahí hasta, por lo menos, el 14 de diciembre)

Selva

Llegué hace un rato de uno de los días más surrealistas de mi vida. Ni Buñuel, ni Dalí, ni Kafka. Incoherentísimo y maravilloso. Me duelen los riñones. Horas que pasan como las de hoy me causan las risas más deliciosas de mi vida. Mis días no se terminan a la medianoche, sino cuando me duermo. Claro, he pasado jornadas enteras de cincuenta horas. Pero es hora de que este se acabe. ¿Por qué no se acaba?. Escucho y ahí está la respuesta, chorreándome el canal auricular. Son un viaje de mujeres ochentosas gritando a todo gañote, deben tener toda la noche bebiendo y viven cerquita de mi casa. Una de ellas tiene un karaoke y me están dando una serenata inolvidable sin hacer caso de la Ley Mordaza del fifty-fifty. Ya cantaron temas interpretados originalmente por Karina, Kiara, Guillermo Dávila, Rudy La Scala, Melissa y van por Franco de Vita. La razón de mi inconcebible insomnio es que estoy esperando una canción. Si la cantan, se disiparán todas mis dudas. Es totalmente seguro que mañana

Y que pase algo que te borre de pronto

Agarro mi carro en la mañana y me lanzo, de cabeza y sin pensarlo mucho, en la orgía de la cola caraqueña. Voy directo al centro. En la radio empieza a sonar la voz de Marta Colomina que entrevista a Alfredo Keller, no sólo encuestador, sino analista. La pérdida del domingo es de todos, " no perdió la oposición, pero tampoco ganó el oficialismo ". Estamos jugando un juego en el que no gana nadie. Aparentemente al verrugón se le podría estar acabando el tiempo, sus niveles de populismo popularidad decrecen y la gente empieza a despertarse de la ilusión misionera (1) . Si eso es así sería bueno que apareciera un líder, que sea opuesto al verrugón pero no necesariamente opositor. Puede ser el mejor momento para que, en una estocada fulminante, acabemos con un gobierno anárquico de tendencias izquierdistas. Y luego me paseo por el Teatro Teresa Carreño. Mi teatro, mi Ateneo adorado, mi parquecito Los Caobos lleno de loquitos vendiendo cosas impresionantes y declarándo

Se empieza viajando en sueños...

Lunes : Mi amigo D me llamó por teléfono, me escribió, me repicó y se volvió loco tratando de que esto me llegara. Martes : Jo : D, gracias por el jueguito de ayer. Estoy en Hereford, England. D: Yo en Amsterdam, estamos cerquita. Jo: Qué bien, D, un besito me voy a Buenos Aires. D: Besos, Jo. Google Earth es un programa que combina imágenes satelitales con mapas e información contenida en el buscador de Google. El resultado es bastante predecible, una aplicación que cuenta con una interfaz impresionante, información de vías, hoteles, topografía del área, restaurantes, escuelas, bancos, cajeros automáticos y cuanta cosa exista. Sobretodo para Europa y Estados Unidos los datos son bien completos. Y esto es sólo para la versión gratuita, por veinte dólares ofrecen Google Earth Plus, que además importa data proveniente de ciertos dispositivos GPS, posee mejor resolución y la posibilidad de hacer anotaciones y dibujos sobre los propios mapas, ent

Mi manzanita de plata

Nací gracias a un medallón de plata en forma de manzana. Mis padres se conocieron en los quince años de mi mamá. Contrario a lo usual, ella tenía un vestido rojo ese día y un moño en el pelo con un copete altísimo. Eran los setenta. Mi papá tenía una de esas barbas bien tupidas y bien cochinas, típicas de la época. Era un flaquito no muy atractivo y mi mamá ni volteó a verlo. Para él, fue amor a primera vista. Estuvo dos años tratando de que mi mamá diera su brazo a torcer, pero ella seguía pensando que el hombre era bastante poco agraciado. Dos años de serenatas improductivas después, cuando mi mamá cumplió diecisiete, mi papá se apareció en su casa. Ese día le regaló un medallón de plata en forma de manzana con la inicial del nombre de mi mamá grabado. El papá de ella le compró una cadenita de oro blanco y ella, por fin, dio su brazo a torcer. Mi mamá pasó el resto de su vida diciendo que no se había enamorado de mi papá sino de su guitarra, pero la guitarra tenía du

La prórroga

Menos mal que una señora de gorrita y chalequito muy parecido a los de Jorge Rodríguez está ahorita en la televisión anunciando la prórroga hasta las siete de la noche. La gente se ha congregado en los nueve mil quinientos centros de votación, los cuales están abarrotados de gente desesperada por votar. La euforia es general. La gente está contenta y sumamente motivada a ejercer la pantomima al voto. Estoy tan feliz que voy a cortarme el dedo meñique, a imprimir otra cédula en la impresora (gran vaina, mi impresora o la de la Onidex) y me voy, otra vez, a ver si vuelvo a votar y se me quitan estas ganas desesperantes.

Miss Resultados Preliminares

A media hora para el cierre oficial (oficialísimo) de las mesas de esta pseudovotación, me dispongo a entregar los resultados preliminares de una encuesta que acabo de realizar mandando una buena cantidad de esos fastidiosísimos mensajes de celular. ¿Votaste? Porcentaje de gente que votó: 2, 7 % Porcentaje de gente que NO votó: 27,0 % Porcentaje de gente que se abstuvo de responder la encuesta de abstención: 70,3 % Aparentemente la abstención trasciende barreras y llega, inclusive, a otro tipo de encuestas. Seguro que la gente está muy ocupada votando y no puede contestar mi ladilloso mensajito .

Chorro de palabras

Ya no escucho el ruido. No sé si es costumbre, por eso ya no marea y se ha acabado definitivamente. Se puede pensar, se acaba la angustia, es posible disfrutar el propio silencio. Escribo. Inclusive cuando no tengo dónde escribir, mi mente me va contando cosas. Voy escribiendo en mi mente, sin parar. Abandoné los óleos, por un tiempo. Abandoné el teatro y el flamenco. El vicio de escribir se adueña de cada minuto. Es como estar muy molesto, odiar al mundo, y que se aparezca una pared blanca en el camino. Y caerle a puñetazos. Y con cada golpe treinta kilos menos de rabia y un chorro de catarsis. La escritura es inmediata. Con la pintura, las tablas y el baile hay que tener paciencia.

Ana y el amigo de un amigo

A veces necesito robarle la vida a la gente que conozco para escribir. Se las robo sin permiso, las cambio, las sazono. Escribo cosas que pueden ser verdad y otras que suenan imposibles. Terminan siendo mías, totalmente ajenas a sus respectivos exdueños. Es una forma interesante de quitar la vida. Ayer estaba leyendo el Tal Cual. Al kiosco donde siempre voy a comprar el periódico hace más de una semana que no llegan El Universal y El Nacional. No voy a salir del micromundo donde paso la mayor parte del día a ver si los consigo porque me cobran doble estacionamiento, soy así de pichirre, y leerlos en línea no me da el mismo placer. Eso me desespera y termino comprando el periódico de Teodoro. Un café, una mesita azul y estoy lista. En esas estaba cuando llegó mi amiga Ana. Está a punto de cumplir veinticinco años, es una retaca de metro y medio con un cuerpazo y un pelero. Siempre está apurada, estresada y de mal humor, por eso me la llevo tan bien con ella. Generalmente me e