La desprivatización de la imagen
Mi prima V y yo fuimos de compras. Nada del otro mundo, acetona y tonterías. Tomamos café y eso, lo mismo de siempre. La cosa es que hoy me di cuenta de que uno perdió la posibilidad de tomarse un café en un centro comercial no conocido, o de salir por ahí, sin que te tomen una foto, graben tu voz o tu imagen y tú ni te enteres.
Cuando voy a pagar en la caja, lo vi. Sobre la cabeza del hombre que me cobraba había un monitor tamaño familiar, como para que no quedara duda, con mi foto enorme agarrando el ticketcito de manos del muchachito hambriento. Me da de todo y le digo “Pero… ¿esa soy yo?” (Pregunta bastante idiota, considerando que tenía una camisa amarillo pollito con flores rojas, bastante surfista, bastante playera y bastante escotada, típico). “Si, claro señorita, es usted”. Resulta que cuando el muchacho de la entrada me aconsejaba que pagara el estacionamiento dentro del centro comercial, me tomaron una foto enorme y, lo que es peor, clandestina, por el asunto de la seguridad.
¿Seguridad? Yo no soy asediada por paparazzies, ni tengo intenciones, ni me parece agradable. Y mucho menos tengo talento y razones. Y la sensación es fatal, es como si pudieran meterse por un huequito a verme constantemente. Es la seguridad de uno, pero tienes que andar regalando fotos, huellas, firmas, documentos ¿será seguro dar toda la información, más de lo que uno quiere, para hacer cualquier cosa? ¿Será que es mejor que la gente, quién sea, lo pueda rastrear a uno sin tener muchas habilidades de detective?.
Sólo como medida profiláctica, no ande publicando sus datos. Pero claro, se los van a pedir, por culpa del Seniat, de la inseguridad, de la tecnología, de todas las anteriores, o de alguna cosa que ni siquiera tenemos en cuenta.
Comentarios
Es increible verdad? que tantos datos hayan por alli de uno... ique por lo de la seguridad... me pregunto... donde coño queda la seguridad de uno? acaso yo si tengo que confiar en los demás? que vaina...