Luz acuática

El olor de todo tu cuerpo.

Llego a mi casa, después de estar contigo, y me huelo. Tu olor se me pega en cada pedacito de piel. Tus ojos, incrustados entre mis piernas, para siempre.

Tus manos tibias palpitando sobre mí, tocándome los huesos de la cadera. Llegando por dentro y por fuera. Tu cuerpo abriéndome huecos como si yo fuera plasma, arena. Tus piernas apretadas. Tu cuerpo extraño que empiezo a reconocer. Tu sonrisa pequeña.

Parpadeas lento, lentísimo. Hundes tu lengua para convertirme en espuma. Tiemblo. Palpito, golpeo. Llueve dentro de mis venas.

En mi cuerpo hay partes redondas que se hinchan. Tú las besas y me lames toda.

Me bebo tu voz con todo lo demás. Un ruido susurrado, bajito, caliente.

Un sabor aéreo que se mete en los oídos y entre las piernas al mismo tiempo.

Mi cuerpo corcovea varias veces y yo te veo, redondo y tibio. Me haces entender la fuerza de tu cuerpo, me la explicas una y otra vez, para adelante y para atrás. Me hundes todos tus impulsos por dentro y se me sale el aire por la boca.

No veo nada.

Mi cuerpo son chorros de luz sobre tu centro de agua hirviendo.

Comentarios

Lo siento. Pero no puedo tolerar que ante semejantes imágenes al blog no se le ocurra mejor vaina que poner "Nadie explotó", de bolas que explotó un poco de gente... por eso, en html "Nadie explotó". No voy a reflexionar gratuitamente acerca de la función espejo-de-Alicia-a-través-del-espejo de los lenguajes de programación. Será cuando tenga más ocio.

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