La pestañita olvidada
Estoy trabajando. Oficialmente, digo. No me refiero a las cosas ricas que uno hace por ahí, sin remuneración, por el simple gozo de hacer lo que a uno de verdad le gusta, sino a una oficina de verdad, con un aire acondicionado espantoso y la tortura mental de no poderme acostumbrar a decir "medidores" cuando me refiero al proyecto asociado a este elemento horrible sino que siempre se me sale "postes". En el fondo, para mí todos los proyectos son de postes.
Tengo una croata huérfana hasta el viernes. Si, después de que mi amigo se la trajo debajo del brazo, la abandonó aquí para irse a Bonaire. Es hora de que haga algo bueno por Croacia. Es hora de que en mis tiempos libres me dedique un poco a ella, hasta el viernes, que volverá al viejo y maravilloso continente.
Hay otras razones, una tapa en el cerebro, por ejemplo. Falta de ganas de leer el periódico. Estrógenos desbocados. Responsabilidades que me van cayendo, como gotas, constantes. Y, además, le estoy agarrando el gustito al asunto. Me estoy poniendo desesperadamente vieja.
Comentarios
Pfffsssttt...no sabes lo que dices...
Los minutos se escurren como los granos de un reloj de arena.
un minuto de silencio...
por todos los que nos estamos poniendo desesperadamente viejos.
Saludos.
De la página web de Croacia:
"Croacia debe su nombre a la enorme cantidad de ranas que existen en este maravilloso país y que pasan todo el día y toda la noche, croando. Croa, Croa, Que viva la Croacia! Así comienza nuestro himno..."
Saludos!